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Los valores de la Palabra: Salmo 25 y Proverbios 25

  • Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
  • 25 ago 2015
  • 3 Min. de lectura

Salmo 25

Salmo de David.

1 A ti, Señor, elevo mi alma; 2 mi Dios, en ti confío; no permitas que sea yo humillado, no dejes que mis enemigos se burlen de mí. 3 Quien en ti pone su esperanza jamás será avergonzado; pero quedarán en vergüenza los que traicionan sin razón. 4 Señor, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas.5 Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador ¡en ti pongo mi esperanza todo el día! 6 Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor, que siempre me has mostrado;7 olvida los pecados y transgresiones que cometí en mi juventud. Acuérdate de mí según tu gran amor, porque tú, Señor, eres bueno. 8 Bueno y justo es el Señor; por eso les muestra a los pecadores el camino. 9 Él dirige en la justicia a los humildes, y les enseña su camino. 10 Todas las sendas del Señor son amor y verdad para quienes cumplen los preceptos de su pacto. 11 nombre Señor, perdona mi gran iniquidad. 12 ¿Quién es el hombre que teme al Señor? Será instruido en el mejor de los caminos. 13 Tendrá una vida placentera, y sus descendientes heredarán la tierra. 14 El Señor brinda su amistad a quienes le honran, y les da a conocer su pacto. 15 Mis ojos están puestos siempre en el Señor, pues sólo él puede sacarme de la trampa.16 Vuelve a mí tu rostro y tenme compasión, pues me encuentro solo y afligido. 17 Crecen las angustias de mi corazón; líbrame de mis tribulaciones. 18 Fíjate en mi aflicción y en mis penurias, y borra todos mis pecados. 19 ¡Mira cómo se han multiplicado mis enemigos, y cuán violento es el odio que me tienen! 20 Protege mi vida, rescátame; no permitas que sea avergonzado, porque en ti busco refugio. 21 Sean mi protección la integridad y la rectitud, porque en ti he puesto mi esperanza. 22 ¡Libra, oh Dios, a Israel de todas sus angustias!

Proverbios 25 - Más proverbios de Salomón

25 Éstos son otros proverbios de Salomón, copiados por los escribas de Ezequías, rey de Judá. 2 Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo. 3 Tan impenetrable es el corazón de los reyes como alto es el cielo y profunda la tierra. 4 Quita la escoria de la plata, y de allí saldrá material para el orfebre; 5 quita de la presencia del rey al malvado, y el rey afirmará su trono en la justicia. 6 No te des importancia en presencia del rey, ni reclames un lugar entre los magnates;7 vale más que el rey te diga: «Sube acá», y no que te humille ante gente importante. Lo que atestigües con tus ojos 8 no lo lleves de inmediato al tribunal, pues ¿qué harás si a fin de cuentas tu prójimo te pone en vergüenza? 9 Defiende tu causa contra tu prójimo, pero no traiciones la confianza de nadie, 10 no sea que te avergüence el que te oiga y ya no puedas quitarte la infamia. 11 Como naranjas de oro con incrustaciones de plata son las palabras dichas a tiempo. 12 Como anillo o collar de oro fino son los regaños del sabio en oídos atentos.13 Como frescura de nieve en día de verano es el mensajero confiable para quien lo envía, pues infunde nuevo ánimo en sus amos. 14 Nubes y viento, y nada de lluvia, es quien presume de dar y nunca da nada. 15 Con paciencia se convence al gobernante ¡La lengua amable quebranta hasta los huesos! 16 Si encuentras miel, no te empalagues; la mucha miel provoca náuseas. 17 No frecuentes la casa de tu amigo; no sea que lo fastidies y llegue a aborrecerte. 18 Un mazo, una espada, una aguda saeta ¡eso es el falso testigo contra su amigo! 19 Confiar en gente desleal en momentos de angustia es como tener un diente careado o una pierna quebrada. 20 Dedicarle canciones al corazón afligido es como echarle vinagre a una herida o como andar desabrigado en un día de frío. 21 Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. 22 Actuando así, harás que se avergüence de su conducta, y el Señor te lo recompensará. 23 Con el viento del norte vienen las lluvias; con la lengua viperina, las malas caras. 24 Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera. 25 Como el agua fresca a la garganta reseca son las buenas noticias desde lejanas tierras. 26 Manantial turbio, contaminado pozo, es el justo que flaquea ante el impío. 27 No hace bien comer mucha miel, ni es honroso buscar la propia gloria. 28 Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.


 
 
 
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