Proverbios 19 & Salmo 144
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 17 oct 2016
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Proverbios 19 Nueva Versión Internacional (NVI)
1 Más vale pobre e intachable que necio y embustero.
2 El afán sin conocimiento no vale nada; mucho yerra quien mucho corre.
3 La necedad del hombre le hace perder el rumbo, y para colmo se irrita contra el SEÑOR.
4 Con las riquezas aumentan los amigos, pero al pobre hasta su amigo lo abandona.
5 El testigo falso no quedará sin castigo; el que esparce mentiras no saldrá bien librado.
6 Muchos buscan congraciarse con los poderosos; todos son amigos de quienes reparten regalos.
7 Si al pobre lo aborrecen sus parientes, con más razón lo evitan sus amigos. Aunque los busca suplicante, por ninguna parte los encuentra.
8 El que adquiere cordura a sí mismo se ama, y el que retiene el discernimiento prospera.
9 El testigo falso no quedará sin castigo; el que difunde mentiras perecerá.
10 No va bien con el necio vivir entre lujos, y menos con el esclavo gobernar a los príncipes.
11 El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa.
12 Rugido de león es la ira del rey; su favor es como rocío sobre el pasto.
13 El hijo necio es la ruina del padre; la mujer pendenciera es gotera constante.
14 La casa y el dinero se heredan de los padres, pero la esposa inteligente es un don del SEÑOR.
15 La pereza conduce al sueño profundo; el holgazán pasará hambre.
16 El que cumple el mandamiento cumple consigo mismo; el que descuida su conducta morirá.
17 Servir al pobre es hacerle un préstamo al SEÑOR; Dios pagará esas buenas acciones.
18 Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte.
19 El iracundo tendrá que afrontar el castigo; el que intente disuadirlo aumentará su enojo.
20 Atiende al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio.
21 El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del SEÑOR.
22 De todo hombre se espera lealtad. Más vale ser pobre que mentiroso.
23 El temor del SEÑOR conduce a la vida; da un sueño tranquilo y evita los problemas.
24 El perezoso mete la mano en el plato, pero es incapaz de llevarse el bocado a la boca.
25 Golpea al insolente, y se hará prudente el inexperto; reprende al entendido, y ganará en conocimiento.
26 El que roba a su padre y echa a la calle a su madre es un hijo infame y sinvergüenza.
27 Hijo mío, si dejas de atender a la corrección, te apartarás de las palabras del saber.
28 El testigo corrupto se burla de la justicia, y la boca del malvado engulle maldad.
29 El castigo se dispuso para los insolentes, y los azotes para la espalda de los necios.
Salmo 144 Nueva Versión Internacional (NVI)
Salmo de David.
1 Bendito sea el SEÑOR, mi Roca, que adiestra mis manos para la guerra, mis dedos para la batalla. 2 Él es mi Dios amoroso, mi amparo, mi más alto escondite, mi libertador, mi escudo, en quien me refugio. Él es quien pone los pueblos a mis pies.
3 SEÑOR, ¿qué es el mortal para que lo cuides? ¿Qué es el ser humano para que en él pienses? 4 Todo mortal es como un suspiro; sus días son fugaces como una sombra.
5 Abre tus cielos, SEÑOR, y desciende; toca los montes y haz que echen humo. 6 Lanza relámpagos y dispersa al enemigo; dispara tus flechas y ponlo en retirada. 7 Extiende tu mano desde las alturas y sálvame de las aguas tumultuosas; líbrame del poder de gente extraña. 8 Cuando abren la boca, dicen mentiras; cuando levantan su diestra, juran en falso.
9 Te cantaré, oh Dios, un cántico nuevo; con el arpa de diez cuerdas te cantaré salmos.
10 Tú das la victoria a los reyes; a tu siervo David lo libras de la cruenta espada.
11 Ponme a salvo, líbrame del poder de gente extraña. Cuando abren la boca, dicen mentiras; cuando levantan su diestra, juran en falso.
12 Que nuestros hijos, en su juventud, crezcan como plantas frondosas; que sean nuestras hijas como columnas esculpidas para adornar un palacio. 13 Que nuestros graneros se llenen con provisiones de toda especie. Que nuestros rebaños aumenten por millares, por decenas de millares en nuestros campos. 14 Que nuestros bueyes arrastren cargas pesadas; que no haya brechas ni salidas, ni gritos de angustia en nuestras calles. 15 ¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR!