Proverbios 27 & Salmo 27
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 27 ago 2015
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Proverbios 27
27 No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá. 2 No te jactes de ti mismo; que sean otros los que te alaben. 3 Pesada es la piedra, pesada es la arena, pero más pesada es la ira del necio. 4 Cruel es la furia, y arrolladora la ira, pero ¿quién puede enfrentarse a la envidia? 5 Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto. 6 Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.7 Al que no tiene hambre, hasta la miel lo empalaga; al hambriento, hasta lo amargo le es dulce. 8 Como ave que vaga lejos del nido es el hombre que vaga lejos del hogar. 9 El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo. 10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre. No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema. Más vale vecino cercano que hermano distante. 11 Hijo mío, sé sabio y alegra mi corazón; así podré responder a los que me desprecian. 12 El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. 13 Toma la prenda del que salga fiador por un extraño; reténla en garantía si la entrega por la mujer ajena. 14 El mejor saludo se juzga una impertinencia cuando se da a gritos y de madrugada. 15 Gotera constante en un día lluvioso es la mujer que siempre pelea. 16 Quien la domine, podrá dominar el viento y retener aceite en la mano. 17 El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre. 18 El que cuida de la higuera comerá de sus higos, y el que vela por su amo recibirá honores. 19 En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona. 20 El sepulcro, la muerte y los ojos del hombre jamás se dan por satisfechos. 21 En el crisol se prueba la plata; en el horno se prueba el oro; ante las alabanzas, el hombre. 22 Aunque al necio lo muelas y lo remuelas, y lo machaques como al grano, no le quitarás la necedad. 23 Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas; 24 pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura. 25 Cuando se limpien los campos y brote el verdor, y en los montes se recoja la hierba, 26 las ovejas te darán para el vestido, y las cabras para comprar un campo; 27 tendrás leche de cabra en abundancia para que se alimenten tú y tu familia, y toda tu servidumbre.
Salmo 27
Salmo de David.
1 El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida ¿quién podrá amedrentarme? 2 Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen. 3 Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza. 4 Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del y recrearme en su templo. 5 Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tabernáculo me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca. 6 Me hará prevalecer frente a los enemigos que me rodean; en su templo ofreceré sacrificios de alabanza y cantaré salmos al Señor. 7 Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo; compadécete de mí y respóndeme. 8 El corazón me dice: «¡Busca su rostro!» Y yo, Señor, tu rostro busco. 9 No te escondas de mí; no rechaces, en tu enojo, a este siervo tuyo, porque tú has sido mi ayuda. No me desampares ni me abandones, Dios de mi salvación.10 Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos. 11 Guíame, Señor, por tu camino; dirígeme por la senda de rectitud, por causa de los que me acechan. 12 No me entregues al capricho de mis adversarios, pues contra mí se levantan falsos testigos que respiran violencia. 13 Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del en esta tierra de los vivientes. 14 Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo ¡pon tu esperanza en el Señor!