Salmo 74 & Proverbios 13
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 13 oct 2015
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Salmos 74
Apelación a Dios en contra del enemigo
Masquil de Asaf.
74 ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado?
2 Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde tiempos antiguos, La que redimiste para hacerla la tribu de tu herencia; Este monte de Sion, donde has habitado.
3 Dirige tus pasos a los asolamientos eternos, A todo el mal que el enemigo ha hecho en el santuario.
4 Tus enemigos vociferan en medio de tus asambleas; Han puesto sus divisas por señales.
5 Se parecen a los que levantan El hacha en medio de tupido bosque.
6 Y ahora con hachas y martillos Han quebrado todas sus entalladuras.
7 Han puesto a fuego tu santuario, Han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.
8 Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; Han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.
9 No vemos ya nuestras señales; No hay más profeta, Ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?
11 ¿Por qué retraes tu mano? ¿Por qué escondes tu diestra en tu seno?
12 Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo; El que obra salvación en medio de la tierra.
13 Dividiste el mar con tu poder; Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas.
14 Magullaste las cabezas del leviatán, Y lo diste por comida a los moradores del desierto.
15 Abriste la fuente y el río; Secaste ríos impetuosos.
16 Tuyo es el día, tuya también es la noche; Tú estableciste la luna y el sol.
17 Tú fijaste todos los términos de la tierra; El verano y el invierno tú los formaste.
18 Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová, Y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
19 No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.
20 Mira al pacto, Porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia.
21 No vuelva avergonzado el abatido; El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre.
22 Levántate, oh Dios, aboga tu causa; Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día.
23 No olvides las voces de tus enemigos; El alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.
Dios abate al malo y exalta al justo
Al músico principal; sobre No destruyas. Salmo de Asaf.
Proverbios 13
13 El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso a la reprensión.
2 Quien habla el bien, del bien se nutre, pero el infiel padece hambre de violencia.
3 El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina.
4 El perezoso ambiciona, y nada consigue; el diligente ve cumplidos sus deseos.
5 El justo aborrece la mentira; el malvado acarrea vergüenza y deshonra.
6 La justicia protege al que anda en integridad, pero la maldad arruina al pecador.
7 Hay quien pretende ser rico, y no tiene nada; hay quien parece ser pobre, y todo lo tiene.
8 Con su riqueza el rico pone a salvo su vida, pero al pobre no hay ni quien lo amenace.
9 La luz de los justos brilla radiante, pero los malvados son como lámpara apagada.
10 El orgullo sólo genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos.
11 El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece.
12 La esperanza frustrada aflige al corazón; el deseo cumplido es un árbol de vida.
13 Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa.
14 La enseñanza de los sabios es fuente de vida, y libera de los lazos de la muerte.
15 El buen juicio redunda en aprecio, pero el camino del infiel no cambia.
16 El prudente actúa con cordura, pero el necio se jacta de su necedad.
17 El mensajero malvado se mete en problemas; el enviado confiable aporta la solución.
18 El que desprecia a la disciplina sufre pobreza y deshonra; el que atiende a la corrección recibe grandes honores.
19 El deseo cumplido endulza el alma, pero el necio detesta alejarse del mal.
20 El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado.
21 Al pecador lo persigue el mal, y al justo lo recompensa el bien.
22 El hombre de bien deja herencia a sus nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justos.
23 En el campo del pobre hay abundante comida, pero ésta se pierde donde hay injusticia.
24 No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo.
25 El justo come hasta quedar saciado, pero el malvado se queda con hambre.