Salmo 88 & Proverbios 27
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 27 oct 2015
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Salmo 88
Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Al director musical. Según majalat leannot.Masquil de Hemán el ezraíta.
1 Señor, Dios de mi salvación, día y noche clamo en presencia tuya. 2 Que llegue ante ti mi oración; dígnate escuchar mi súplica.
3 Tan colmado estoy de calamidades que mi vida está al borde del sepulcro. 4 Ya me cuentan entre los que bajan a la fosa; parezco un guerrero desvalido. 5 Me han puesto aparte, entre los muertos; parezco un cadáver que yace en el sepulcro, de esos que tú ya no recuerdas, porque fueron arrebatados de tu mano.
6 Me has echado en el foso más profundo, en el más tenebroso de los abismos. 7 El peso de tu enojo ha recaído sobre mí; me has abrumado con tus olas. 8 Me has quitado a todos mis amigos y ante ellos me has hecho aborrecible. Estoy aprisionado y no puedo librarme; 9 los ojos se me nublan de tristeza.
Yo, Señor, te invoco cada día, y hacia ti extiendo las manos. 10 ¿Acaso entre los muertos realizas maravillas? ¿Pueden los muertos levantarse a darte gracias? 11 ¿Acaso en el sepulcro se habla de tu amor, y de tu fidelidad en el abismo destructor? 12 ¿Acaso en las tinieblas se conocen tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido?
13 Yo, Señor, te ruego que me ayudes; por la mañana busco tu presencia en oración. 14 ¿Por qué me rechazas, Señor? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?
15 Yo he sufrido desde mi juventud; muy cerca he estado de la muerte. Me has enviado terribles sufrimientos y ya no puedo más. 16 Tu ira se ha descargado sobre mí; tus violentos ataques han acabado conmigo. 17 Todo el día me rodean como un océano; me han cercado por completo. 18 Me has quitado amigos y seres queridos; ahora sólo tengo amistad con las tinieblas.
Proverbios 27
27 No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá.
2 No te jactes de ti mismo; que sean otros los que te alaben.
3 Pesada es la piedra, pesada es la arena, pero más pesada es la ira del necio.
4 Cruel es la furia, y arrolladora la ira, pero ¿quién puede enfrentarse a la envidia?
5 Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto.
6 Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.
7 Al que no tiene hambre, hasta la miel lo empalaga; al hambriento, hasta lo amargo le es dulce.
8 Como ave que vaga lejos del nido es el hombre que vaga lejos del hogar.
9 El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.
10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre. No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema. Más vale vecino cercano que hermano distante.
11 Hijo mío, sé sabio y alegra mi corazón; así podré responder a los que me desprecian.
12 El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.
13 Toma la prenda del que salga fiador por un extraño; reténla en garantía si la entrega por la mujer ajena.
14 El mejor saludo se juzga una impertinencia cuando se da a gritos y de madrugada.
15 Gotera constante en un día lluvioso es la mujer que siempre pelea. 16 Quien la domine, podrá dominar el viento y retener aceite en la mano.
17 El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre.
18 El que cuida de la higuera comerá de sus higos, y el que vela por su amo recibirá honores.
19 En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona. 20 El sepulcro, la muerte y los ojos del hombre jamás se dan por satisfechos.
21 En el crisol se prueba la plata; en el horno se prueba el oro; ante las alabanzas, el hombre.
22 Aunque al necio lo muelas y lo remuelas, y lo machaques como al grano, no le quitarás la necedad.
23 Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas; 24 pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura. 25 Cuando se limpien los campos y brote el verdor, y en los montes se recoja la hierba, 26 las ovejas te darán para el vestido, y las cabras para comprar un campo; 27 tendrás leche de cabra en abundancia para que se alimenten tú y tu familia, y toda tu servidumbre.