Proverbios 12 & Salmo 105
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 12 nov 2015
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Proverbios 12
1El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio.
2 El hombre bueno recibe el favor del SEÑOR, pero el intrigante recibe su condena.
3 Nadie puede afirmarse por medio de la maldad; sólo queda firme la raíz de los justos.
4 La mujer ejemplar es corona de su esposo; la desvergonzada es carcoma en los huesos.
5 En los planes del justo hay justicia, pero en los consejos del malvado hay engaño.
6 Las palabras del malvado son insidias de muerte, pero la boca de los justos los pone a salvo.
7 Los malvados se derrumban y dejan de existir, pero los hijos de los justos permanecen.
8 Al hombre se le alaba según su sabiduría, pero al de mal corazón se le desprecia.
9 Vale más un Don Nadie con criado que un Don Alguien sin pan.
10 El justo atiende a las necesidades de su bestia, pero el malvado es de mala entraña.
11 El que labra su tierra tendrá abundante comida, pero el que sueña despierto es un imprudente.
12 Los malos deseos son la trampa de los malvados, pero la raíz de los justos prospera.
13 En el pecado de sus labios se enreda el malvado, pero el justo sale del aprieto.
14 Cada uno se sacia del fruto de sus labios, y de la obra de sus manos recibe su recompensa.
15 Al necio le parece bien lo que emprende, pero el sabio atiende al consejo.
16 El necio muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto.
17 El testigo verdadero declara lo que es justo, pero el testigo falso declara falsedades.
18 El charlatán hiere con la lengua como con una espada, pero la lengua del sabio brinda alivio.
19 Los labios sinceros permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura sólo un instante.
20 En los que fraguan el mal habita el engaño, pero hay gozo para los que promueven la paz.
21 Al justo no le sobrevendrá ningún daño, pero al malvado lo cubrirá la desgracia.
22 El SEÑOR aborrece a los de labios mentirosos, pero se complace en los que actúan con lealtad.
23 El hombre prudente no muestra lo que sabe, pero el corazón de los necios proclama su necedad.
24 El de manos diligentes gobernará; pero el perezoso será subyugado.
25 La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra.
26 El justo es guía de su prójimo, pero el camino del malvado lleva a la perdición.
27 El perezoso no atrapa presa, pero el diligente ya posee una gran riqueza.
28 En el camino de la justicia se halla la vida; por ese camino se evita la muerte.
Salmo 105
1 Den gracias al SEÑOR, invoquen su nombre; den a conocer sus obras entre las naciones. 2 Cántenle, entónenle salmos; hablen de todas sus maravillas. 3 Siéntanse orgullosos de su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR. 4 Recurran al SEÑOR y a su fuerza; busquen siempre su rostro.
5 Recuerden las maravillas que ha realizado, sus señales, y los decretos que ha emitido. 6 ¡Ustedes, descendientes de Abraham su siervo! ¡Ustedes, hijos de Jacob, elegidos suyos! 7 Él es el SEÑOR, nuestro Dios; en toda la tierra están sus decretos.
8 Él siempre tiene presente su pacto, la palabra que ordenó para mil generaciones. 9 Es el pacto que hizo con Abraham, el juramento que le hizo a Isaac. 10 Se lo confirmó a Jacob como un decreto, a Israel como un pacto eterno, 11 cuando dijo: «Te daré la tierra de Canaán como la herencia que te toca.»
12 Aun cuando eran pocos en número, unos cuantos extranjeros en la tierra 13 que andaban siempre de nación en nación y de reino en reino, 14 a nadie permitió que los oprimiera, sino que por ellos reprendió a los reyes: 15 «No toquen a mis ungidos; no hagan daño a mis profetas.»
16 Dios provocó hambre en la tierra y destruyó todos sus trigales. 17 Pero envió delante de ellos a un hombre: a José, vendido como esclavo. 18 Le sujetaron los pies con grilletes, entre hierros le aprisionaron el cuello, 19 hasta que se cumplió lo que él predijo
y la palabra del SEÑOR probó que él era veraz. 20 El rey ordenó ponerlo en libertad, el gobernante de los pueblos lo dejó libre. 21 Le dio autoridad sobre toda su casa y lo puso a cargo de cuanto poseía, 22 con pleno poder para instruir a sus príncipes e impartir sabiduría a sus ancianos.
23 Entonces Israel vino a Egipto; Jacob fue extranjero en el país de Cam. 24 El SEÑOR hizo que su pueblo se multiplicara; lo hizo más numeroso que sus adversarios, 25 a quienes trastornó para que odiaran a su pueblo y se confabularan contra sus siervos. 26 Envió a su siervo Moisés, y a Aarón, a quien había escogido, 27 y éstos hicieron señales milagrosas entre ellos, ¡maravillas en el país de Cam! 28 Envió tinieblas, y la tierra se oscureció, pero ellos no atendieron a sus palabras. 29 Convirtió en sangre sus aguas y causó la muerte de sus peces. 30 Todo Egipto se infestó de ranas, ¡hasta las habitaciones de sus reyes! 31 Habló Dios, e invadieron todo el país enjambres de moscas y mosquitos. 32 Convirtió la lluvia en granizo, y lanzó relámpagos sobre su tierra; 33 derribó sus vides y sus higueras, y en todo el país hizo astillas los árboles. 34 Dio una orden, y llegaron las langostas, ¡infinidad de saltamontes! 35 Arrasaron con toda la vegetación del país, devoraron los frutos de sus campos. 36 Hirió de muerte a todos los primogénitos del país, a las primicias de sus descendientes. 37 Sacó a los israelitas cargados de oro y plata, y no hubo entre sus tribus nadie que tropezara.
38 Los egipcios se alegraron de su partida, pues el miedo a los israelitas los dominaba.
39 El SEÑOR les dio sombra con una nube, y con fuego los alumbró de noche. 40 Pidió el pueblo comida, y les envió codornices; los sació con pan del cielo. 41 Abrió la roca, y brotó agua que corrió por el desierto como un río.
42 Ciertamente Dios se acordó de su santa promesa, la que hizo a su siervo Abraham. 43 Sacó a su pueblo, a sus escogidos, en medio de gran alegría y de gritos jubilosos. 44 Les entregó las tierras que poseían las naciones; heredaron el fruto del trabajo de otros pueblos 45 para que ellos observaran sus preceptos y pusieran en práctica sus leyes.
¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!