Proverbios 16 & Salmo 109
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 16 nov 2015
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Proverbios 16
16 El hombre propone y Dios dispone.
2 A cada uno le parece correcto su proceder, pero el SEÑOR juzga los motivos.
3 Pon en manos del SEÑOR todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
4 Toda obra del SEÑOR tiene un propósito; ¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!
5 El SEÑOR aborrece a los arrogantes. Una cosa es segura: no quedarán impunes.
6 Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del SEÑOR se evita el mal.
7 Cuando el SEÑOR aprueba la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos lo reconcilia.
8 Más vale tener poco con justicia que ganar mucho con injusticia.
9 El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el SEÑOR.
10 La sentencia está en labios del rey; en el veredicto que emite no hay error.
11 Las pesas y las balanzas justas son del SEÑOR; todas las medidas son hechura suya.
12 El rey detesta las malas acciones, porque el trono se afirma en la justicia.
13 El rey se complace en los labios honestos; aprecia a quien habla con la verdad.
14 La ira del rey es presagio de muerte, pero el sabio sabe apaciguarla.
15 El rostro radiante del rey es signo de vida; su favor es como lluvia en primavera.
16 Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale adquirir inteligencia que plata.
17 El camino del hombre recto evita el mal; el que quiere salvar su vida, se fija por dónde va.
18 Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso.
19 Vale más humillarse con los oprimidos que compartir el botín con los orgullosos.
20 El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el SEÑOR!
21 Al sabio de corazón se le llama inteligente; los labios convincentes promueven el saber.
22 Fuente de vida es la prudencia para quien la posee; el castigo de los necios es su propia necedad.
23 El sabio de corazón controla su boca; con sus labios promueve el saber.
24 Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo.
25 Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.
26 Al que trabaja, el hambre lo obliga a trabajar, pues su propio apetito lo estimula.
27 El perverso hace planes malvados; en sus labios hay un fuego devorador.
28 El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos.
29 El violento engaña a su prójimo y lo lleva por mal camino.
30 El que guiña el ojo trama algo perverso; el que aprieta los labios ya lo ha cometido.
31 Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia.
32 Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.
33 Las suertes se echan sobre la mesa, pero el veredicto proviene del SEÑOR.
Salmo 109
Al director musical. Salmo de David.
1 Oh Dios, alabanza mía, no guardes silencio. 2 Pues gente impía y mentirosa ha declarado en mi contra, y con lengua engañosa me difaman; 3 con expresiones de odio me acosan, y sin razón alguna me atacan. 4 Mi amor me lo pagan con calumnias, mientras yo me encomiendo a Dios. 5 Mi bondad la pagan con maldad; en vez de amarme, me aborrecen.
6 Pon en su contra a un malvado; que a su derecha esté su acusador. 7 Que resulte culpable al ser juzgado, y que sus propias oraciones lo condenen. 8 Que se acorten sus días, y que otro se haga cargo de su oficio. 9 Que se queden huérfanos sus hijos; que se quede viuda su esposa. 10 Que anden sus hijos vagando y mendigando; que anden rebuscando entre las ruinas. 11 Que sus acreedores se apoderen de sus bienes; que gente extraña saquee sus posesiones. 12 Que nadie le extienda su bondad; que nadie se compadezca de sus huérfanos.
13 Que sea exterminada su descendencia; que desaparezca su nombre en la próxima generación. 14 Que recuerde el SEÑOR la iniquidad de su padre, y no se olvide del pecado de su madre. 15 Que no les quite el SEÑOR la vista de encima, y que borre de la tierra su memoria.
16 Por cuanto se olvidó de hacer el bien, y persiguió hasta la muerte a pobres, afligidos y menesterosos, 17 y porque le encantaba maldecir, ¡que caiga sobre él la maldición! Por cuanto no se complacía en bendecir, ¡que se aleje de él la bendición! 18 Por cuanto se cubrió de maldición como quien se pone un vestido, ¡que ésta se filtre en su cuerpo como el agua!, ¡que penetre en sus huesos como el aceite! 19 ¡Que lo envuelva como un manto! ¡Que lo apriete en todo tiempo como un cinto! 20 ¡Que así les pague el SEÑOR a mis acusadores, a los que me calumnian!
21 Pero tú, SEÑOR Soberano, trátame bien por causa de tu nombre; líbrame por tu bondad y gran amor. 22 Ciertamente soy pobre y estoy necesitado; profundamente herido está mi corazón. 23 Me voy desvaneciendo como sombra vespertina; se desprenden de mí como de una langosta. 24 De tanto ayunar me tiemblan las rodillas; la piel se me pega a los huesos. 25 Soy para ellos motivo de burla; me ven, y menean la cabeza.
26 SEÑOR, mi Dios, ¡ayúdame!; por tu gran amor, ¡sálvame! 27 Que sepan que ésta es tu mano; que tú mismo, SEÑOR, lo has hecho. 28 ¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú!
Pueden atacarme, pero quedarán avergonzados; en cambio, este siervo tuyo se alegrará. 29 ¡Queden mis acusadores cubiertos de deshonra, envueltos en un manto de vergüenza!
30 Por mi parte, daré muchas gracias al SEÑOR; lo alabaré entre una gran muchedumbre. 31 Porque él defiende al necesitado, para salvarlo de quienes lo condenan.