Salmo 141 & Proverbios 19
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 20 dic 2015
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Salmo 141
Salmo de David.
1 A ti clamo, SEÑOR; ven pronto a mí. ¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo! 2 Que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda de incienso; que hacia ti se eleven mis manos como un sacrificio vespertino.
3 SEÑOR, ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios. 4 No permitas que mi corazón se incline a la maldad, ni que sea yo cómplice de iniquidades; no me dejes participar de banquetes en compañía de malhechores.
5 Que la justicia me golpee, que el amor me reprenda; pero que el ungüento de los malvados no perfume mi cabeza, pues mi oración está siempre en contra de sus malas obras.
6 Cuando sus gobernantes sean lanzados desde los despeñaderos, sabrán que mis palabras eran bien intencionadas. 7 Y dirán: «Así como se dispersa la tierra cuando en ella se abren surcos con el arado, así se han dispersado nuestros huesos a la orilla del sepulcro.»
8 En ti, SEÑOR Soberano, tengo puestos los ojos; en ti busco refugio; no dejes que me maten. 9 Protégeme de las trampas que me tienden, de las trampas que me tienden los malhechores. 10 Que caigan los impíos en sus propias redes, mientras yo salgo bien librado.
Proverbios 19
19 Más vale pobre e intachable que necio y embustero.
2 El afán sin conocimiento no vale nada; mucho yerra quien mucho corre.
3 La necedad del hombre le hace perder el rumbo, y para colmo se irrita contra el SEÑOR.
4 Con las riquezas aumentan los amigos, pero al pobre hasta su amigo lo abandona.
5 El testigo falso no quedará sin castigo; el que esparce mentiras no saldrá bien librado.
6 Muchos buscan congraciarse con los poderosos; todos son amigos de quienes reparten regalos.
7 Si al pobre lo aborrecen sus parientes, con más razón lo evitan sus amigos. Aunque los busca suplicante, por ninguna parte los encuentra.
8 El que adquiere cordura a sí mismo se ama, y el que retiene el discernimiento prospera.
9 El testigo falso no quedará sin castigo; el que difunde mentiras perecerá.
10 No va bien con el necio vivir entre lujos, y menos con el esclavo gobernar a los príncipes.
11 El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa.
12 Rugido de león es la ira del rey; su favor es como rocío sobre el pasto.
13 El hijo necio es la ruina del padre; la mujer pendenciera es gotera constante.
14 La casa y el dinero se heredan de los padres, pero la esposa inteligente es un don del SEÑOR.
15 La pereza conduce al sueño profundo; el holgazán pasará hambre.
16 El que cumple el mandamiento cumple consigo mismo; el que descuida su conducta morirá.
17 Servir al pobre es hacerle un préstamo al SEÑOR; Dios pagará esas buenas acciones.
18 Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte.
19 El iracundo tendrá que afrontar el castigo; el que intente disuadirlo aumentará su enojo.
20 Atiende al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio.
21 El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del SEÑOR.
22 De todo hombre se espera lealtad. Más vale ser pobre que mentiroso.
23 El temor del SEÑOR conduce a la vida; da un sueño tranquilo y evita los problemas.
24 El perezoso mete la mano en el plato, pero es incapaz de llevarse el bocado a la boca.
25 Golpea al insolente, y se hará prudente el inexperto; reprende al entendido, y ganará en conocimiento.
26 El que roba a su padre y echa a la calle a su madre es un hijo infame y sinvergüenza.
27 Hijo mío, si dejas de atender a la corrección, te apartarás de las palabras del saber.
28 El testigo corrupto se burla de la justicia, y la boca del malvado engulle maldad.
29 El castigo se dispuso para los insolentes, y los azotes para la espalda de los necios.