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Proverbios 16 & Salmo 19

  • Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
  • 16 ene 2016
  • 3 Min. de lectura

Proverbios 16

El hombre propone y Dios dispone.

2 A cada uno le parece correcto su proceder, pero el SEÑOR juzga los motivos.

3 Pon en manos del SEÑOR todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.

4 Toda obra del SEÑOR tiene un propósito; ¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!

5 El SEÑOR aborrece a los arrogantes. Una cosa es segura: no quedarán impunes.

6 Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del SEÑOR se evita el mal.

7 Cuando el SEÑOR aprueba la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos lo reconcilia.

8 Más vale tener poco con justicia que ganar mucho con injusticia.

9 El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el SEÑOR.

10 La sentencia está en labios del rey; en el veredicto que emite no hay error.

11 Las pesas y las balanzas justas son del SEÑOR; todas las medidas son hechura suya.

12 El rey detesta las malas acciones, porque el trono se afirma en la justicia.

13 El rey se complace en los labios honestos; aprecia a quien habla con la verdad.

14 La ira del rey es presagio de muerte, pero el sabio sabe apaciguarla.

15 El rostro radiante del rey es signo de vida; su favor es como lluvia en primavera.

16 Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale adquirir inteligencia que plata.

17 El camino del hombre recto evita el mal; el que quiere salvar su vida, se fija por dónde va.

18 Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso.

19 Vale más humillarse con los oprimidos que compartir el botín con los orgullosos.

20 El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el SEÑOR!

21 Al sabio de corazón se le llama inteligente; los labios convincentes promueven el saber.

22 Fuente de vida es la prudencia para quien la posee; el castigo de los necios es su propia necedad.

23 El sabio de corazón controla su boca; con sus labios promueve el saber.

24 Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo.

25 Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.

26 Al que trabaja, el hambre lo obliga a trabajar, pues su propio apetito lo estimula.

27 El perverso hace planes malvados; en sus labios hay un fuego devorador.

28 El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos.

29 El violento engaña a su prójimo y lo lleva por mal camino.

30 El que guiña el ojo trama algo perverso; el que aprieta los labios ya lo ha cometido.

31 Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia.

32 Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.

33 Las suertes se echan sobre la mesa, pero el veredicto proviene del SEÑOR.

Salmos 19

Al director musical. Salmo de David.

1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. 2 Un día comparte al otro la noticia, una noche a la otra se lo hace saber. 3 Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible, 4 por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo! Dios ha plantado en los cielos un pabellón para el sol. 5 Y éste, como novio que sale de la cámara nupcial, se apresta, cual atleta, a recorrer el camino. 6 Sale de un extremo de los cielos y, en su recorrido, llega al otro extremo, sin que nada se libre de su calor.

7 La ley del SEÑOR es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del SEÑOR es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. 8 Los preceptos del SEÑOR son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del SEÑOR es claro: da luz a los ojos. 9 El temor del SEÑOR es puro:

permanece para siempre. Las sentencias del SEÑOR son verdaderas: todas ellas son justas.

10 Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulces que la miel, la miel que destila del panal. 11 Por ellas queda advertido tu siervo; quien las obedece recibe una gran recompensa. 12 ¿Quién está consciente de sus propios errores? ¡Perdóname aquellos de los que no estoy consciente! 13 Libra, además, a tu siervo de pecar a sabiendas; no permitas que tales pecados me dominen. Así estaré libre de culpa y de multiplicar mis pecados.

14 Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh SEÑOR, roca mía y redentor mío.


 
 
 

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