Proverbios 31 & Salmo 33
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 31 ene 2016
- 4 Min. de lectura

Proverbios 31
Dichos del rey Lemuel
1 Los dichos del rey Lemuel. Oráculo mediante el cual su madre lo instruyó:
2 «¿Qué pasa, hijo mío? ¿Qué pasa, hijo de mis entrañas? ¿Qué pasa, fruto de mis votos al SEÑOR? 3 No gastes tu vigor en las mujeres, ni tu fuerza en las que arruinan a los reyes.
4 »No conviene que los reyes, oh Lemuel, no conviene que los reyes se den al vino, ni que los gobernantes se entreguen al licor, 5 no sea que al beber se olviden de lo que la ley ordena y priven de sus derechos a todos los oprimidos. 6 Dales licor a los que están por morir, y vino a los amargados; 7 ¡que beban y se olviden de su pobreza! ¡que no vuelvan a acordarse de sus penas!
8 »¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! 9 ¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!» Epílogo: Acróstico a la mujer ejemplar[a]
10 Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas! 11 Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas. 12 Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida. 13 Anda en busca de lana y de lino, y gustosa trabaja con sus manos. 14 Es como los barcos mercantes, que traen de muy lejos su alimento.
15 Se levanta de madrugada, da de comer a su familia y asigna tareas a sus criadas. 16 Calcula el valor de un campo y lo compra; con sus ganancias planta un viñedo. 17 Decidida se ciñe la cintura y se apresta para el trabajo. 18 Se complace en la prosperidad de sus negocios, y no se apaga su lámpara en la noche. 19 Con una mano sostiene el huso y con la otra tuerce el hilo. 20 Tiende la mano al pobre, y con ella sostiene al necesitado. 21 Si nieva, no tiene que preocuparse de su familia, pues todos están bien abrigados. 22 Las colchas las cose ella misma, y se viste de púrpura y lino fino. 23 Su esposo es respetado en la comunidad; ocupa un puesto entre las autoridades del lugar. 24 Confecciona ropa de lino y la vende; provee cinturones a los comerciantes. 25 Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. 26 Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor. 27 Está atenta a la marcha de su hogar, y el pan que come no es fruto del ocio. 28 Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba: 29 «Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas.» 30 Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al SEÑOR es digna de alabanza. 31 ¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras!
Salmos 33
1 Canten al SEÑOR con alegría, ustedes los justos; es propio de los íntegros alabar al SEÑOR. 2 Alaben al SEÑOR al son del arpa; entonen alabanzas con el decacordio. 3 Cántenle una canción nueva; toquen con destreza, y den voces de alegría.
4 La palabra del SEÑOR es justa; fieles son todas sus obras. 5 El SEÑOR ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de su amor.
6 Por la palabra del SEÑOR fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas. 7 Él recoge en un cántaro el agua de los mares, y junta en vasijas los océanos. 8 Tema toda la tierra al SEÑOR; hónrenlo todos los pueblos del mundo; 9 porque él habló, y todo fue creado; dio una orden, y todo quedó firme.
10 El SEÑOR frustra los planes de las naciones; desbarata los designios de los pueblos. 11 Pero los planes del SEÑOR quedan firmes para siempre; los designios de su mente son eternos.
12 Dichosa la nación cuyo Dios es el SEÑOR, el pueblo que escogió por su heredad. 13 El SEÑOR observa desde el cielo y ve a toda la humanidad; 14 él contempla desde su trono a todos los habitantes de la tierra. 15 Él es quien formó el corazón de todos, y quien conoce a fondo todas sus acciones.
16 No se salva el rey por sus muchos soldados, ni por su mucha fuerza se libra el valiente. 17 Vana esperanza de victoria es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede salvar. 18 Pero el SEÑOR cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor;
19 él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida.
20 Esperamos confiados en el SEÑOR; él es nuestro socorro y nuestro escudo. 21 En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre. 22 Que tu gran amor, SEÑOR, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti.
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