Proverbios 23 & Salmo 56
- Respuesta TV
- 24 feb 2016
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Proverbios 23Nueva Versión Internacional (NVI)
1Cuando te sientes a comer con un gobernante, fíjate bien en lo que tienes ante ti. 2 Si eres dado a la glotonería, domina tu apetito. 3 No codicies sus manjares, pues tal comida no es más que un engaño.
4 No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. 5 ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas.
6 No te sientes a la mesa de un tacaño, ni codicies sus manjares, 7 que son como un pelo en la garganta. «Come y bebe», te dirá, pero no te lo dirá de corazón. 8 Acabarás vomitando lo que hayas comido, y tus cumplidos no habrán servido de nada.
9 A oídos del necio jamás dirijas palabra, pues se burlará de tus sabios consejos.
10 No cambies de lugar los linderos antiguos, ni invadas la propiedad de los huérfanos, 11 porque su Defensor es muy poderoso y contra ti defenderá su causa.
12 Aplica tu corazón a la disciplina y tus oídos al conocimiento.
13 No dejes de disciplinar al joven, que de unos cuantos azotes no se morirá. 14 Dale unos buenos azotes, y así lo librarás del sepulcro.
15 Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará;
16 en lo íntimo de mi ser me alegraré cuando tus labios hablen con rectitud.
17 No envidies en tu corazón a los pecadores; más bien, muéstrate siempre celoso en el temor del SEÑOR. 18 Cuentas con una esperanza futura, la cual no será destruida.
19 Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto. 20 No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne, 21 pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza.
22 Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana. 23 Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas! 24 El padre del justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se solaza en él. 25 ¡Que se alegren tu padre y tu madre! ¡Que se regocije la que te dio la vida!
26 Dame, hijo mío, tu corazón y no pierdas de vista mis caminos. 27 Porque fosa profunda es la prostituta, y estrecho pozo, la mujer ajena. 28 Se pone al acecho, como un bandido, y multiplica la infidelidad de los hombres.
29 ¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares? ¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas? ¿De quién son las heridas gratuitas? ¿De quién los ojos morados? 30 ¡Del que no suelta la botella de vino ni deja de probar licores!
31 No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa,
ni en la suavidad con que se desliza; 32 porque acaba mordiendo como serpiente y envenenando como víbora. 33 Tus ojos verán alucinaciones, y tu mente imaginará estupideces. 34 Te parecerá estar durmiendo en alta mar, acostado sobre el mástil mayor. 35 Y dirás: «Me han herido, pero no me duele. Me han golpeado, pero no lo siento. ¿Cuándo despertaré de este sueño para ir a buscar otro trago?»
Salmos 56 Nueva Versión Internacional (NVI)
Al director musical. Sígase la tonada de «La tórtola en los robles lejanos».Mictam de David, cuando los filisteos lo apresaron en Gat.
1 Ten compasión de mí, oh Dios, pues hay gente que me persigue. Todo el día me atacan mis opresores, 2 todo el día me persiguen mis adversarios; son muchos los arrogantes que me atacan.
3 Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. 4 Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?
5 Todo el día tuercen mis palabras; siempre están pensando hacerme mal. 6 Conspiran, se mantienen al acecho; ansiosos por quitarme la vida, vigilan todo lo que hago. 7 ¡En tu enojo, Dios mío, humilla a esos pueblos! ¡De ningún modo los dejes escapar!
8 Toma en cuenta mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado? 9 Cuando yo te pida ayuda,
huirán mis enemigos. Una cosa sé: ¡Dios está de mi parte!
10 Confío en Dios y alabo su palabra; confío en el SEÑOR y alabo su palabra; 11 confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?
12 He hecho votos delante de ti, oh Dios, y te presentaré mis ofrendas de gratitud. 13 Tú, oh Dios, me has librado de tropiezos, me has librado de la muerte, para que siempre, en tu presencia, camine en la luz de la vida.