Proverbios 23 & Salmo 116
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 23 abr 2016
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Proverbios 23Nueva Versión Internacional (NVI)
1Cuando te sientes a comer con un gobernante, fíjate bien en lo que tienes ante ti. 2 Si eres dado a la glotonería, domina tu apetito. 3 No codicies sus manjares, pues tal comida no es más que un engaño.
4 No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. 5 ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas.
6 No te sientes a la mesa de un tacaño, ni codicies sus manjares, 7 que son como un pelo en la garganta. «Come y bebe», te dirá, pero no te lo dirá de corazón. 8 Acabarás vomitando lo que hayas comido, y tus cumplidos no habrán servido de nada.
9 A oídos del necio jamás dirijas palabra, pues se burlará de tus sabios consejos.
10 No cambies de lugar los linderos antiguos, ni invadas la propiedad de los huérfanos, 11 porque su Defensor es muy poderoso y contra ti defenderá su causa.
12 Aplica tu corazón a la disciplina y tus oídos al conocimiento.
13 No dejes de disciplinar al joven, que de unos cuantos azotes no se morirá. 14 Dale unos buenos azotes, y así lo librarás del sepulcro.
15 Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará; 16 en lo íntimo de mi ser me alegraré cuando tus labios hablen con rectitud.
17 No envidies en tu corazón a los pecadores; más bien, muéstrate siempre celoso en el temor del SEÑOR. 18 Cuentas con una esperanza futura, la cual no será destruida.
19 Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto. 20 No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne, 21 pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza.
22 Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana. 23 Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas! 24 El padre del justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se solaza en él. 25 ¡Que se alegren tu padre y tu madre! ¡Que se regocije la que te dio la vida!
26 Dame, hijo mío, tu corazón y no pierdas de vista mis caminos. 27 Porque fosa profunda es la prostituta,
y estrecho pozo, la mujer ajena. 28 Se pone al acecho, como un bandido, y multiplica la infidelidad de los hombres.
29 ¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares? ¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas? ¿De quién son las heridas gratuitas? ¿De quién los ojos morados? 30 ¡Del que no suelta la botella de vino ni deja de probar licores!
31 No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa, ni en la suavidad con que se desliza; 32 porque acaba mordiendo como serpiente y envenenando como víbora. 33 Tus ojos verán alucinaciones, y tu mente imaginará estupideces. 34 Te parecerá estar durmiendo en alta mar, acostado sobre el mástil mayor. 35 Y dirás: «Me han herido, pero no me duele. Me han golpeado, pero no lo siento. ¿Cuándo despertaré de este sueño para ir a buscar otro trago?»
Salmo 116Nueva Versión Internacional (NVI)
1 Yo amo al porque él escucha mi voz suplicante. 2 Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida.
3 Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendió la angustia del sepulcro, y caí en la ansiedad y la aflicción.
4 Entonces clamé al SEÑOR: «¡Te ruego, SEÑOR, que me salves la vida!»
5 El SEÑOR es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura. 6 El SEÑOR protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó.
7 ¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el SEÑOR ha sido bueno contigo!
8 Tú me has librado de la muerte, has enjugado mis lágrimas, no me has dejado tropezar. 9 Por eso andaré siempre delante del en esta tierra de los vivientes.
10 Aunque digo: «Me encuentro muy afligido», sigo creyendo en Dios. 11 En mi desesperación he exclamado: «Todos son unos mentirosos.»
12 ¿Cómo puedo pagarle al por tanta bondad que me ha mostrado?
13 ¡Tan sólo brindando con la copa de salvación e invocando el nombre del SEÑOR! 14 ¡Tan sólo cumpliendo mis promesas al en presencia de todo su pueblo!
15 Mucho valor tiene a los ojos del la muerte de sus fieles. 16 Yo, SEÑOR, soy tu siervo; soy siervo tuyo, tu hijo fiel; ¡tú has roto mis cadenas!
17 Te ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, SEÑOR, tu nombre. 18 Cumpliré mis votos al en presencia de todo su pueblo,
19 en los atrios de la casa del SEÑOR, en medio de ti, oh Jerusalén.
¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!