Proverbios 2 & Salmo 5
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 1 jun 2016
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Ventajas de la sabiduría
2 Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; 2 si tu oído inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia; 3 si llamas a la inteligencia y pides discernimiento; 4 si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, 5 entonces comprenderás el temor del y hallarás el conocimiento de Dios. 6 Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios. 7 Él reserva su ayuda para la gente íntegra y protege a los de conducta intachable. 8 Él cuida el sendero de los justos y protege el camino de sus fieles. 9 Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la equidad y todo buen camino; 10 la sabiduría vendrá a tu corazón, y el conocimiento te endulzará la vida. 11 La discreción te cuidará, la inteligencia te protegerá.
12 La sabiduría te librará del camino de los malvados, de los que profieren palabras perversas, 13 de los que se apartan del camino recto para andar por sendas tenebrosas, 14 de los que se complacen en hacer lo malo y festejan la perversidad, 15 de los que andan por caminos torcidos y por sendas extraviadas; 16 te librará de la mujer ajena, de la extraña de palabras seductoras 17 que, olvidándose de su pacto con Dios, abandona al compañero de su juventud. 18 Ciertamente su casa conduce a la muerte; sus sendas llevan al reino de las sombras. 19 El que se enreda con ella no vuelve jamás, ni alcanza los senderos de la vida.
20 Así andarás por el camino de los buenos y seguirás la senda de los justos. 21 Pues los íntegros, los perfectos, habitarán la tierra y permanecerán en ella. 22 Pero los malvados, los impíos, serán desarraigados y expulsados de la tierra.
Salmo 5
Al director musical. Acompáñese con flautas. Salmo de David.
1 Atiende, Señor, a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos. 2 Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria.
3 Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta. 4 Tú no eres un Dios que se complazca en lo malo; a tu lado no tienen cabida los malvados. 5 No hay lugar en tu presencia para los altivos, pues aborreces a los malhechores. 6 Tú destruyes a los mentirosos y aborreces a los tramposos y asesinos. 7 Pero yo, por tu gran amor puedo entrar en tu casa; puedo postrarme reverente hacia tu santo templo.
8 Señor, por causa de mis enemigos, dirígeme en tu justicia; empareja delante de mí tu senda. 9 En sus palabras no hay sinceridad; en su interior sólo hay corrupción. Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños. 10 ¡Condénalos, oh Dios! ¡Que caigan por sus propias intrigas! ¡Recházalos por la multitud de sus crímenes, porque se han rebelado contra ti! 11 Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre jubilosos! Extiende tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre.
12 Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.