Proverbios 28 & Salmo 31
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 27 jun 2016
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Proverbios 28Nueva Versión Internacional (NVI)
1 El malvado huye aunque nadie lo persiga; pero el justo vive confiado como un león.
2 Cuando hay rebelión en el país, los caudillos se multiplican; cuando el gobernante es entendido, se mantiene el orden.
3 El gobernante que oprime a los pobres es como violenta lluvia que arrasa la cosecha.
4 Los que abandonan la ley alaban a los malvados; los que la obedecen luchan contra ellos.
5 Los malvados nada entienden de la justicia; los que buscan al SEÑOR lo entienden todo.
6 Más vale pobre pero honrado, que rico pero perverso.
7 El hijo entendido se sujeta a la ley; el derrochador deshonra a su padre.
8 El que amasa riquezas mediante la usura las acumula para el que se compadece de los pobres.
9 Dios aborrece hasta la oración del que se niega a obedecer la ley.
10 El que lleva a los justos por el mal camino, caerá en su propia trampa; pero los íntegros heredarán el bien.
11 El rico se las da de sabio; el pobre pero inteligente lo desenmascara.
12 Cuando los justos triunfan, se hace gran fiesta; cuando los impíos se imponen, todo el mundo se esconde.
13 Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.
14 ¡Dichoso el que siempre teme al SEÑOR! Pero el obstinado caerá en la desgracia.
15 Un león rugiente, un oso hambriento, es el gobernante malvado que oprime a los pobres.
16 El gobernante falto de juicio es terrible opresor; el que odia las riquezas prolonga su vida.
17 El que es perseguido por homicidio será un fugitivo hasta la muerte. ¡Que nadie le brinde su apoyo!
18 El que es honrado se mantendrá a salvo; el de caminos perversos caerá en la fosa.
19 El que trabaja la tierra tendrá abundante comida; el que sueña despierto sólo abundará en pobreza.
20 El hombre fiel recibirá muchas bendiciones; el que tiene prisa por enriquecerse no quedará impune.
21 No es correcto mostrarse parcial con nadie. Hay quienes pecan hasta por un mendrugo de pan.
22 El tacaño ansía enriquecerse, sin saber que la pobreza lo aguarda.
23 A fin de cuentas, más se aprecia al que reprende que al que adula.
24 El que roba a su padre o a su madre, e insiste en que no ha pecado, amigo es de gente perversa.
25 El que es ambicioso provoca peleas, pero el que confía en el SEÑOR prospera.
26 Necio es el que confía en sí mismo; el que actúa con sabiduría se pone a salvo.
27 El que ayuda al pobre no conocerá la pobreza; el que le niega su ayuda será maldecido.
28 Cuando triunfan los impíos, la gente se esconde; cuando perecen, los justos prosperan.
Salmo 31 Nueva Versión Internacional (NVI)
Al director musical. Salmo de David.
1 En ti, SEÑOR, busco refugio; jamás permitas que me avergüencen; en tu justicia, líbrame. 2 Inclina a mí tu oído, y acude pronto a socorrerme. Sé tú mi roca protectora, la fortaleza de mi salvación. 3 Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre. 4 Líbrame de la trampa que me han tendido, porque tú eres mi refugio. 5 En tus manos encomiendo mi espíritu; líbrame, SEÑOR, Dios de la verdad.
6 Odio a los que veneran ídolos vanos; yo, por mi parte, confío en ti, SEÑOR. 7 Me alegro y me regocijo en tu amor,
porque tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma. 8 No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar espacioso.
9 Tenme compasión, SEÑOR, que estoy angustiado; el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, ¡con mi cuerpo! 10 La vida se me va en angustias, y los años en lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos se van debilitando. 11 Por causa de todos mis enemigos, soy el hazmerreír de mis vecinos; soy un espanto para mis amigos; de mí huyen los que me encuentran en la calle. 12 Me han olvidado, como si hubiera muerto; soy como una vasija hecha pedazos. 13 Son muchos a los que oigo cuchichear: «Hay terror por todas partes.» Se han confabulado contra mí, y traman quitarme la vida.
14 Pero yo, SEÑOR, en ti confío, y digo: «Tú eres mi Dios.» 15 Mi vida entera está en tus manos; líbrame de mis enemigos y perseguidores. 16 Que irradie tu faz sobre tu siervo; por tu gran amor, sálvame. 17 SEÑOR, no permitas que me avergüencen, porque a ti he clamado. Que sean avergonzados los malvados, y acallados en el sepulcro. 18 Que sean silenciados sus labios mentirosos,
porque hablan contra los justos con orgullo, desdén e insolencia.
19 Cuán grande es tu bondad, que atesoras para los que te temen, y que a la vista de la gente derramas sobre los que en ti se refugian. 20 Al amparo de tu presencia los proteges de las intrigas humanas; en tu morada los resguardas de las lenguas contenciosas.
21 Bendito sea el SEÑOR, pues mostró su gran amor por mí cuando me hallaba en una ciudad sitiada. 22 En mi confusión llegué a decir: «¡He sido arrojado de tu presencia!» Pero tú oíste mi voz suplicante cuando te pedí que me ayudaras.
23 Amen al SEÑOR, todos sus fieles; él protege a los dignos de confianza, pero a los orgullosos les da su merecido. 24 Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el SEÑOR esperan.