Proverbios 4 & Salmo 68
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 4 ago 2016
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Proverbios 4Nueva Versión Internacional (NVI)
La sabiduría es lo máximo
1 Escuchen, hijos, la corrección de un padre; dispónganse a adquirir inteligencia. 2 Yo les brindo buenas enseñanzas, así que no abandonen mi instrucción. 3 Cuando yo era pequeño y vivía con mi padre, cuando era el niño consentido de mi madre, 4 mi padre me instruyó de esta manera: «Aférrate de corazón a mis palabras; obedece mis mandamientos, y vivirás. 5 Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no olvides mis palabras ni te apartes de ellas. 6 No abandones nunca a la sabiduría, y ella te protegerá; ámala, y ella te cuidará. 7 La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento. 8 Estima a la sabiduría, y ella te exaltará; abrázala, y ella te honrará; 9 te pondrá en la cabeza una hermosa diadema; te obsequiará una bella corona.»
10 Escucha, hijo mío; acoge mis palabras, y los años de tu vida aumentarán. 11 Yo te guío por el camino de la sabiduría, te dirijo por sendas de rectitud. 12 Cuando camines, no encontrarás obstáculos; cuando corras, no tropezarás.
13 Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar; cuídala bien, que ella es tu vida. 14 No sigas la senda de los perversos ni vayas por el camino de los malvados. 15 ¡Evita ese camino! ¡No pases por él! ¡Aléjate de allí, y sigue de largo! 16 Los malvados no duermen si no hacen lo malo; pierden el sueño si no hacen que alguien caiga. 17 Su pan es la maldad; su vino, la violencia.
18 La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud. 19 Pero el camino de los malvados es como la más densa oscuridad; ¡ni siquiera saben con qué tropiezan!
20 Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. 21 No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. 22 Ellas dan vida a quienes las hallan; son la salud del cuerpo. 23 Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida. 24 Aleja de tu boca la perversidad; aparta de tus labios las palabras corruptas. 25 Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti. 26 Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos.
27 No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad.
Salmo 68 Nueva Versión Internacional (NVI)
Al director musical. Salmo de David. Cántico.
1 Que se levante Dios, que sean dispersados sus enemigos, que huyan de su presencia los que le odian. 2 Que desaparezcan del todo, como humo que se disipa con el viento; que perezcan ante Dios los impíos, como cera que se derrite en el fuego. 3 Pero que los justos se alegren y se regocijen; que estén felices y alegres delante de Dios.
4 Canten a Dios, canten salmos a su nombre; aclamen a quien cabalga por las estepas, y regocíjense en su presencia. ¡Su nombre es el SEÑOR! 5 Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su morada santa. 6 Dios da un hogar a los desamparados y libertad a los cautivos; los rebeldes habitarán en el desierto.
7 Cuando saliste, oh Dios, al frente de tu pueblo, cuando a través de los páramos marchaste, 8 la tierra se estremeció, los cielos se vaciaron, delante de Dios, el Dios de Sinaí, delante de Dios, el Dios de Israel. 9 Tú, oh Dios, diste abundantes lluvias;
reanimaste a tu extenuada herencia. 10 Tu familia se estableció en la tierra que en tu bondad, oh Dios, preparaste para el pobre.
11 El Señor ha emitido la palabra, y millares de mensajeras la proclaman: 12 «Van huyendo los reyes y sus tropas; en las casas, las mujeres se reparten el botín: 13 alas de paloma cubiertas de plata, con plumas de oro resplandeciente. Tú te quedaste a dormir entre los rebaños.» 14 Cuando el Todopoderoso puso en fuga a los reyes de la tierra, parecían copos de nieve cayendo sobre la cumbre del Zalmón.
15 Montañas de Basán, montañas imponentes; montañas de Basán, montañas escarpadas: 16 ¿Por qué, montañas escarpadas, miran con envidia al monte donde a Dios le place residir, donde el SEÑOR habitará por siempre? 17 Los carros de guerra de Dios se cuentan por millares; del Sinaí vino en ellos el Señor para entrar en su santuario. 18 Cuando tú, Dios y SEÑOR, ascendiste a las alturas, te llevaste contigo a los cautivos; tomaste tributo de los hombres, aun de los rebeldes, para establecer tu morada.
19 Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día sobrelleva nuestras cargas. 20 Nuestro Dios es un Dios que salva;
el SEÑOR Soberano nos libra de la muerte. 21 Dios aplastará la cabeza de sus enemigos, la testa enmarañada de los que viven pecando. 22 El Señor nos dice: «De Basán los regresaré; de las profundidades del mar los haré volver, 23 para que se empapen los pies en la sangre de sus enemigos; para que, al lamerla, los perros tengan también su parte.»
24 En el santuario pueden verse las procesiones de mi Dios, las procesiones de mi Dios y rey. 25 Los cantores van al frente, seguidos de los músicos de cuerda, entre doncellas que tocan panderetas. 26 Bendigan a Dios en la gran congregación; alaben al SEÑOR, descendientes de Israel. 27 Los guía la joven tribu de Benjamín, seguida de los múltiples príncipes de Judá y de los príncipes de Zabulón y Neftalí.
28 Despliega tu poder, oh Dios; haz gala, oh Dios, de tu poder, que has manifestado en favor nuestro. 29 Por causa de tu templo en Jerusalén los reyes te ofrecerán presentes. 30 Reprende a esa bestia de los juncos, a esa manada de toros bravos entre naciones que parecen becerros. Haz que, humillada, te lleve barras de plata; dispersa a las naciones belicosas. 31 Egipto enviará embajadores, y Cus se someterá a Dios.
32 Cántenle a Dios, oh reinos de la tierra, cántenle salmos al Señor, 33 al que cabalga por los cielos, los cielos antiguos, al que hace oír su voz, su voz de trueno. 34 Reconozcan el poder de Dios; su majestad está sobre Israel, su poder está en las alturas. 35 En tu santuario, oh Dios, eres imponente; ¡el Dios de Israel da poder y fuerza a su pueblo!
¡Bendito sea Dios!