Proverbios 7 & Salmo 71
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 6 ago 2016
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Proverbios 7Nueva Versión Internacional (NVI)
Advertencia contra la mujer adúltera
1 Hijo mío, pon en práctica mis palabras y atesora mis mandamientos. 2 Cumple con mis mandatos, y vivirás; cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos. 3 Llévalos atados en los dedos; anótalos en la tablilla de tu corazón. 4 Di a la sabiduría: «Tú eres mi hermana», y a la inteligencia: «Eres de mi sangre.» 5 Ellas te librarán de la mujer ajena, de la adúltera y de sus palabras seductoras.
6 Desde la ventana de mi casa miré a través de la celosía. 7 Me puse a ver a los inexpertos, y entre los jóvenes observé a uno de ellos falto de juicio. 8 Cruzó la calle, llegó a la esquina, y se encaminó hacia la casa de esa mujer. 9 Caía la tarde. Llegaba el día a su fin. Avanzaban las sombras de la noche.
10 De pronto la mujer salió a su encuentro, con toda la apariencia de una prostituta y con solapadas intenciones. 11 (Como es escandalosa y descarada, nunca hallan sus pies reposo en su casa. 12 Unas veces por las calles, otras veces por las plazas, siempre está al acecho en cada esquina.)
13 Se prendió de su cuello, lo besó, y con todo descaro le dijo:
14 «Tengo en mi casa sacrificios de comunión, pues hoy he cumplido mis votos. 15 Por eso he venido a tu encuentro; te buscaba, ¡y ya te he encontrado! 16 Sobre la cama he tendido multicolores linos egipcios. 17 He perfumado mi lecho con aroma de mirra, áloe y canela. 18 Ven, bebamos hasta el fondo la copa del amor; ¡disfrutemos del amor hasta el amanecer! 19 Mi esposo no está en casa, pues ha emprendido un largo viaje. 20 Se ha llevado consigo la bolsa del dinero, y no regresará hasta el día de luna llena.»
21 Con palabras persuasivas lo convenció; con lisonjas de sus labios lo sedujo. 22 Y él en seguida fue tras ella, como el buey que va camino al matadero; como el ciervo que cae en la trampa, 23 hasta que una flecha le abre las entrañas; como el ave que se lanza contra la red, sin saber que en ello le va la vida.
24 Así que, hijo mío, escúchame; presta atención a mis palabras. 25 No desvíes tu corazón hacia sus sendas, ni te extravíes por sus caminos, 26 pues muchos han muerto por su causa; sus víctimas han sido innumerables.
27 Su casa lleva derecho al sepulcro; ¡conduce al reino de la muerte!
Salmo 71Nueva Versión Internacional (NVI)
1 En ti, SEÑOR, me he refugiado; jamás me dejes quedar en vergüenza. 2 Por tu justicia, rescátame y líbrame; dígnate escucharme, y sálvame. 3 Sé tú mi roca de refugio adonde pueda yo siempre acudir; da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca, mi fortaleza. 4 Líbrame, Dios mío, de manos de los impíos, del poder de los malvados y violentos.
5 Tú, Soberano SEÑOR, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud. 6 De ti he dependido desde que nací; del vientre materno me hiciste nacer. ¡Por siempre te alabaré! 7 Para muchos, soy motivo de asombro, pero tú eres mi refugio inconmovible. 8 Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza.
9 No me rechaces cuando llegue a viejo; no me abandones cuando me falten las fuerzas. 10 Porque mis enemigos murmuran contra mí; los que me acechan se confabulan. 11 Y dicen: «¡Dios lo ha abandonado! ¡Persíganlo y agárrenlo, que nadie lo rescatará!» 12 Dios mío, no te alejes de mí; Dios mío, ven pronto a ayudarme.
13 Que perezcan humillados mis acusadores; que se cubran de oprobio y de ignominia los que buscan mi ruina.
14 Pero yo siempre tendré esperanza, y más y más te alabaré.
15 Todo el día proclamará mi boca tu justicia y tu salvación, aunque es algo que no alcanzo a descifrar. 16 Soberano SEÑOR, relataré tus obras poderosas, y haré memoria de tu justicia, de tu justicia solamente. 17 Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y aún hoy anuncio todos tus prodigios. 18 Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido.
19 Oh Dios, tú has hecho grandes cosas; tu justicia llega a las alturas. ¿Quién como tú, oh Dios? 20 Me has hecho pasar por muchos infortunios, pero volverás a darme vida; de las profundidades de la tierra volverás a levantarme. 21 Acrecentarás mi honor y volverás a consolarme.
22 Por tu fidelidad, Dios mío, te alabaré con instrumentos de cuerda; te cantaré, oh Santo de Israel, salmos con la lira.
23 Gritarán de júbilo mis labios cuando yo te cante salmos, pues me has salvado la vida. 24 Todo el día repetirá mi lengua la historia de tus justas acciones, pues quienes buscaban mi mal han quedado confundidos y avergonzados.