Proverbios 13 & Salmo 77
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 12 ago 2016
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Proverbios 13 Nueva Versión Internacional (NVI)
1El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso a la reprensión.
2 Quien habla el bien, del bien se nutre, pero el infiel padece hambre de violencia.
3 El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina.
4 El perezoso ambiciona, y nada consigue; el diligente ve cumplidos sus deseos.
5 El justo aborrece la mentira; el malvado acarrea vergüenza y deshonra.
6 La justicia protege al que anda en integridad, pero la maldad arruina al pecador.
7 Hay quien pretende ser rico, y no tiene nada; hay quien parece ser pobre, y todo lo tiene.
8 Con su riqueza el rico pone a salvo su vida, pero al pobre no hay ni quien lo amenace.
9 La luz de los justos brilla radiante, pero los malvados son como lámpara apagada.
10 El orgullo sólo genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos.
11 El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece.
12 La esperanza frustrada aflige al corazón; el deseo cumplido es un árbol de vida.
13 Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa.
14 La enseñanza de los sabios es fuente de vida, y libera de los lazos de la muerte.
15 El buen juicio redunda en aprecio, pero el camino del infiel no cambia.
16 El prudente actúa con cordura, pero el necio se jacta de su necedad.
17 El mensajero malvado se mete en problemas; el enviado confiable aporta la solución.
18 El que desprecia a la disciplina sufre pobreza y deshonra; el que atiende a la corrección recibe grandes honores.
19 El deseo cumplido endulza el alma, pero el necio detesta alejarse del mal.
20 El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado.
21 Al pecador lo persigue el mal, y al justo lo recompensa el bien.
22 El hombre de bien deja herencia a sus nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justos.
23 En el campo del pobre hay abundante comida, pero ésta se pierde donde hay injusticia.
24 No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo.
25 El justo come hasta quedar saciado, pero el malvado se queda con hambre.
Salmos 77 Nueva Versión Internacional (NVI)
Al director musical. Para Jedutún. Salmo de Asaf.
1 A Dios elevo mi voz suplicante; a Dios elevo mi voz para que me escuche. 2 Cuando estoy angustiado, recurro al Señor; sin cesar elevo mis manos por las noches, pero me niego a recibir consuelo.
3 Me acuerdo de Dios, y me lamento; medito en él, y desfallezco. 4 No me dejas conciliar el sueño; tan turbado estoy que ni hablar puedo. 5 Me pongo a pensar en los tiempos de antaño; de los años ya idos 6 me acuerdo. Mi corazón reflexiona por las noches; mi espíritu medita e inquiere:
7 «¿Nos rechazará el Señor para siempre? ¿No volverá a mostrarnos su buena voluntad? 8 ¿Se habrá agotado su gran amor eterno, y sus promesas por todas las generaciones? 9 ¿Se habrá olvidado Dios de sus bondades, y en su enojo ya no quiere tenernos compasión?»
10 Y me pongo a pensar: «Esto es lo que me duele: que haya cambiado la diestra del Altísimo.» 11 Prefiero recordar las hazañas del SEÑOR, traer a la memoria sus milagros de antaño. 12 Meditaré en todas tus proezas; evocaré tus obras poderosas.
13 Santos, oh Dios, son tus caminos; ¿qué dios hay tan excelso como nuestro Dios? 14 Tú eres el Dios que realiza maravillas; el que despliega su poder entre los pueblos.
15 Con tu brazo poderoso redimiste a tu pueblo, a los descendientes de Jacob y de José.
16 Las aguas te vieron, oh Dios, las aguas te vieron y se agitaron; el propio abismo se estremeció con violencia. 17 Derramaron su lluvia las nubes; retumbaron con estruendo los cielos; rasgaron el espacio tus centellas. 18 Tu estruendo retumbó en el torbellino y tus relámpagos iluminaron el mundo; la tierra se estremeció con temblores. 19 Te abriste camino en el mar; te hiciste paso entre las muchas aguas, y no se hallaron tus huellas.
20 Por medio de Moisés y de Aarón guiaste como un rebaño a tu pueblo.