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Proverbios 30 & Salmo 94

  • Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
  • 28 ago 2016
  • 4 Min. de lectura

Proverbios 30Nueva Versión Internacional (NVI)

Dichos de Agur

1 Dichos de Agur hijo de Jaqué. Oráculo. Palabras de este varón:

«Cansado estoy, oh Dios; cansado estoy, oh Dios, y débil.

2 »Soy el más ignorante de todos los hombres; no hay en mí discernimiento humano. 3 No he adquirido sabiduría, ni tengo conocimiento del Dios santo.

4 »¿Quién ha subido a los cielos y descendido de ellos? ¿Quién puede atrapar el viento en su puño o envolver el mar en su manto? ¿Quién ha establecido los límites de la tierra? ¿Quién conoce su nombre o el de su hijo?

5 »Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. 6 No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y te exponga como a un mentiroso.

7 »Sólo dos cosas te pido, SEÑOR; no me las niegues antes de que muera: 8 Aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des pobreza ni riquezas sino sólo el pan de cada día. 9 Porque teniendo mucho, podría desconocerte y decir: “¿Y quién es el SEÑOR?” Y teniendo poco, podría llegar a robar y deshonrar así el nombre de mi Dios.

10 »No ofendas al esclavo delante de su amo, pues podría maldecirte y sufrirías las consecuencias.

11 »Hay quienes maldicen a su padre y no bendicen a su madre. 12 Hay quienes se creen muy puros, pero no se han purificado de su impureza. 13 Hay quienes se creen muy importantes, y a todos miran con desdén. 14 Hay quienes tienen espadas por dientes y cuchillos por mandíbulas; para devorar a los pobres de la tierra y a los menesterosos de este mundo.

15 »La sanguijuela tiene dos hijas que sólo dicen: “Dame, dame.”

»Tres cosas hay que nunca se sacian, y una cuarta que nunca dice “¡Basta!”: 16 el sepulcro, el vientre estéril, la tierra, que nunca se sacia de agua, y el fuego, que no se cansa de consumir.

17 »Al que mira con desdén a su padre, y rehúsa obedecer a su madre, que los cuervos del valle le saquen los ojos y que se lo coman vivo los buitres.

18 »Tres cosas hay que me causan asombro, y una cuarta que no alcanzo a comprender: 19 el rastro del águila en el cielo, el rastro de la serpiente en la roca, el rastro del barco en alta mar, y el rastro del hombre en la mujer.

20 »Así procede la adúltera: come, se limpia la boca, y afirma: “Nada malo he cometido.”

21 »Tres cosas hacen temblar la tierra, y una cuarta la hace estremecer: 22 el siervo que llega a ser rey, el necio al que le sobra comida,

23 la mujer rechazada que llega a casarse, y la criada que suplanta a su señora.

24 »Cuatro cosas hay pequeñas en el mundo, pero que son más sabias que los sabios: 25 las hormigas, animalitos de escasas fuerzas, pero que almacenan su comida en el verano; 26 los tejones, animalitos de poca monta, pero que construyen su casa entre las rocas; 27 las langostas, que no tienen rey, pero que avanzan en formación perfecta; 28 las lagartijas, que se atrapan con la mano, pero que habitan hasta en los palacios.

29 »Tres cosas hay que caminan con garbo, y una cuarta de paso imponente: 30 el león, poderoso entre las bestias, que no retrocede ante nada; 31 el gallo engreído, el macho cabrío, y el rey al frente de su ejército.

32 »Si como un necio te has engreído, o si algo maquinas, ponte a pensar 33 que batiendo la leche se obtiene mantequilla, que sonándose fuerte sangra la nariz, y que provocando la ira se acaba peleando.»

Salmo 94Nueva Versión Internacional (NVI)

1 SEÑOR, Dios de las venganzas; Dios de las venganzas, ¡manifiéstate! 2 Levántate, Juez de la tierra, y dales su merecido a los soberbios. 3 ¿Hasta cuándo, SEÑOR, hasta cuándo habrán de ufanarse los impíos?

4 Todos esos malhechores son unos fanfarrones; a borbotones escupen su arrogancia. 5 A tu pueblo, SEÑOR, lo pisotean; ¡oprimen a tu herencia! 6 Matan a las viudas y a los extranjeros;

a los huérfanos los asesinan. 7 Y hasta dicen: «El SEÑOR no ve; el Dios de Jacob no se da cuenta.»

8 Entiendan esto, gente necia; ¿cuándo, insensatos, lo van a comprender? 9 ¿Acaso no oirá el que nos puso las orejas, ni podrá ver el que nos formó los ojos? 10 ¿Y no habrá de castigar el que corrige a las naciones e instruye en el saber a todo el mundo? 11 El SEÑOR conoce los pensamientos humanos, y sabe que son absurdos.

12 Dichoso aquel a quien tú, SEÑOR, corriges; aquel a quien instruyes en tu ley, 13 para que enfrente tranquilo los días de aflicción mientras al impío se le cava una fosa. 14 El SEÑOR no rechazará a su pueblo; no dejará a su herencia en el abandono. 15 El juicio volverá a basarse en la justicia, y todos los rectos de corazón lo seguirán.

16 ¿Quién se levantó a defenderme de los impíos? ¿Quién se puso de mi parte contra los malhechores? 17 Si el SEÑOR no me hubiera brindado su ayuda, muy pronto me habría quedado en mortal silencio. 18 No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, SEÑOR, venía en mi ayuda.

19 Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría. 20 ¿Podrías ser amigo de reyes corruptos que por decreto fraguan la maldad, 21 que conspiran contra la gente honrada y condenan a muerte al inocente? 22 Pero el SEÑOR es mi protector, es mi Dios y la roca en que me refugio. 23 Él les hará pagar por sus pecados y los destruirá por su maldad; ¡el SEÑOR nuestro Dios los destruirá!


 
 
 
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