Proverbios 21 & Salmo 116
- Recordatorio de Los Drs. Hood Devocional –
- 21 sept 2016
- 3 Min. de lectura

Proverbios 21Nueva Versión Internacional (NVI)
1 En las manos del SEÑOR el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el SEÑOR le ha trazado.
2 A cada uno le parece correcto su proceder, pero el SEÑOR juzga los corazones.
3 Practicar la justicia y el derecho lo prefiere el SEÑOR a los sacrificios.
4 Los ojos altivos, el corazón orgulloso y la lámpara de los malvados son pecado.
5 Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso!
6 La fortuna amasada por la lengua embustera se esfuma como la niebla y es mortal como una trampa.
7 La violencia de los malvados los destruirá, porque se niegan a practicar la justicia.
8 Torcido es el camino del culpable, pero recta la conducta del hombre honrado.
9 Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera.
10 El malvado sólo piensa en el mal; jamás se compadece de su prójimo.
11 Cuando se castiga al insolente, aprende el inexperto; cuando se instruye al sabio, el inexperto adquiere conocimiento.
12 El justo se fija en la casa del malvado, y ve cuando éste acaba en la ruina.
13 Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, llorará también sin que nadie le responda.
14 El regalo secreto apacigua el enojo; el obsequio discreto calma la ira violenta.
15 Cuando se hace justicia, se alegra el justo y tiembla el malhechor.
16 Quien se aparta de la senda del discernimiento irá a parar entre los muertos.
17 El que ama el placer se quedará en la pobreza; el que ama el vino y los perfumes jamás será rico.
18 El malvado pagará por el justo, y el traidor por el hombre intachable.
19 Más vale habitar en el desierto que con mujer pendenciera y de mal genio.
20 En casa del sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo lo despilfarra.
21 El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra.
22 El sabio conquista la ciudad de los valientes y derriba el baluarte en que ellos confiaban.
23 El que refrena su boca y su lengua se libra de muchas angustias.
24 Orgulloso y arrogante, y famoso por insolente, es quien se comporta con desmedida soberbia.
25 La codicia del perezoso lo lleva a la muerte, porque sus manos se niegan a trabajar; 26 todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad.
27 El sacrificio de los malvados es detestable, y más aún cuando se ofrece con mala intención.
28 El testigo falso perecerá, y quien le haga caso será destruido para siempre.
29 El malvado es inflexible en sus decisiones; el justo examina su propia conducta.
30 De nada sirven ante el la sabiduría, la inteligencia y el consejo.
31 Se alista al caballo para el día de la batalla, pero la victoria depende del SEÑOR.
Salmos 116 Nueva Versión Internacional (NVI)
1 Yo amo al porque él escucha mi voz suplicante. 2 Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida.
3 Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendió la angustia del sepulcro, y caí en la ansiedad y la aflicción. 4 Entonces clamé al SEÑOR: «¡Te ruego, SEÑOR, que me salves la vida!»
5 El SEÑOR es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura. 6 El SEÑOR protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó.
7 ¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el SEÑOR ha sido bueno contigo!
8 Tú me has librado de la muerte, has enjugado mis lágrimas, no me has dejado tropezar. 9 Por eso andaré siempre delante del en esta tierra de los vivientes.
10 Aunque digo: «Me encuentro muy afligido», sigo creyendo en Dios. 11 En mi desesperación he exclamado: «Todos son unos mentirosos.»
12 ¿Cómo puedo pagarle al por tanta bondad que me ha mostrado?
13 ¡Tan sólo brindando con la copa de salvación e invocando el nombre del SEÑOR! 14 ¡Tan sólo cumpliendo mis promesas al en presencia de todo su pueblo!
15 Mucho valor tiene a los ojos del la muerte de sus fieles. 16 Yo, SEÑOR, soy tu siervo;
soy siervo tuyo, tu hijo fiel; ¡tú has roto mis cadenas!
17 Te ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, SEÑOR, tu nombre. 18 Cumpliré mis votos al en presencia de todo su pueblo, 19 en los atrios de la casa del SEÑOR, en medio de ti, oh Jerusalén.
¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!